La Estación de Atocha, la primera de Madrid, se instaló en terrenos comprados a mediados del siglo XIX a los condes de Bornos por José de Salamanca.
Está considerada una obra de arte de la arquitectura ferroviaria decimonónica y superaba en anchura a muchas estaciones de las capitales europeas. El viaje inaugural lo realizó la reina Isabel II en un trayecto Madrid-Aranjuez en el que se empleó alrededor de tres horas para realizar el recorrido.
Ha sufrido numerosas reformas y ampliaciones desde su creación en 1851 como un simple Embarcadero. Esta denominación era muy habitual en la época para referirse a las estaciones ferroviarias. Los grabados de la época indican que era un edificio sencillo que se va adaptando poco a poco al transporte de viajeros. Se eligió el lugar despoblado más próximo al centro de Madrid en la salida hacia Aranjuez. Pronto quedó pequeña, debido a que la afluencia de pasajeros sobrepasó todas las previsiones y se planteó la necesidad de una ampliación. Con la ampliación pasó a denominarse Estación del Mediodía. El arquitecto elegido para realizarla fue el francés Victor-Benoît Lenoir autor de la Grand Central. En 1864 sufrió un incendio que destruyó gran parte de su estructura, sobre todo en la cubierta del andén donde abundaba la madera. Se presentan proyectos de renovación de estructuras en las que se emplea predominantemente hierro en la construcción, con el objeto de evitar los incendios.
El proyecto aprobado proporciona una nave de cuarenta y ocho metros de ancho, lo que permitía introducir seis vías en su interior. La nave central sería una mezcla de paredes de ladrillo y de arcos y pilastras de hierro fundido. Los edificios de administración se separan del cuerpo de la estación y se ubican en el comienzo de la Avenida Ciudad de Barcelona, donde todavía se conservan. En 1890 comienzan las obras de la nueva estación bajo la dirección de Alberto de Palacio, colaborador de Gustave Eiffel.
El interior del vestíbulo es de estilo ecléctico. La planta tiene forma de U. En el extremo que da a la Glorieta del Emperador Carlos V, se halla la armadura que remata la fachada de la estación con un reloj central y dos grifos enfrentados.
La última remodelación de la estación la realizó en 1992, Rafael Moneo, cuando fue necesario cuadriplicar su capacidad. En ese momento, la Estación de Atocha pasó a quedar dividida en tres partes, todas de nueva creación: Madrid-Puerta de Atocha (para Largo Recorrido), Madrid-Atocha (para Cercanías) y Atocha Renfe (estación de metro). La Antigua Estación del Mediodía, desde ese momento perdió su funcionalidad inicial de estación de ferrocarril para convertirse en un Jardín Tropical.
Jardín Tropical de Atocha La histórica estación se conserva estructuralmente. Tan solo se han cambiado las vías y los andenes por estanques y jardines. La estructura y la cubierta acristalada de los andenes facilitan su uso como invernadero con estanques.
Cuenta con más de 500 especies. Tiene plantas de la zona tropical y subtropical. Algo curioso es que posee especies de Palmas Botellas, especie extinguida en su hábitat natural. Además cuenta con plantas carnívoras y acuáticas.
La temperatura del invernadero se mantiene entre los 22 y los 24 grados y la humedad entre el 60 y el 70%. Además de la luz natural que recibe de la cristalera de la cubierta tiene luz artificial de color blanco y amarillo que simulan la luz solar.
En los últimos años, muchas personas han abandonado mascotas exóticas, como tortugas y peces de colores, entre otros, en el lugar de las plantas acuáticas.
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El jardín Tropical y sus plantas me dejaron fascinado, precisamente por el contraste con la estructura que lo rodea. Gracias por la explicación.
Es sin dudas: ver Madrid acompañado de un gran guía.
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Muchas gracias, me alegro de que te haya gustado. Lo cierto es que la estación ya tenía encanto antes, cuando era una estación de tren, pero ahora, es cuanto menos pintoresco.
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